En octubre de 2018, “Venom”, la primera película sobre el antihéroe y supervillano de Marvel, se convirtió en un sorpresivo suceso de taquilla al recaudar 80,2 millones de dólares en su semana de estreno. Ahora, tres años después, y con bastante demora debido a la pandemia, llega a los cines de Rosario su esperada secuela, “Venom 2: Carnage liberado”, que ya recaudó 90,1 millones en Estados Unidos y se transformó así en el mejor estreno en salas desde que comenzó la pandemia. La película protagonizada por Tom Hardy incluso superó en su lanzamiento a “Black Widow”, aunque el filme de la Viuda Negra también arribó de manera simultánea al streaming.
Con su estreno exclusivamente en cines, “Venom 2” promete revitalizar también la taquilla argentina, que necesita de los “tanques” para sumar recaudaciones fuertes. Para algunos, el éxito de “Venom” se basó en su singularidad. Esta es una franquicia de cómics extraña y deforme, donde el protagonista es un periodista que, después de una arriesgada investigación, termina como organismo huésped de un simbionte alienígena llamado Venom, una especie de Hulk viscoso y de aspecto siniestro. Hardy se pone en la piel del periodista y también hace la voz del extraño alienígena, un personaje que apareció por primera vez en las historietas de Spider-Man en los años 80.
La trama de “Venom 2” transcurre 18 meses después de los eventos de la primera película: Eddie Brock lucha por adaptarse a la vida como el anfitrión de Venom, que le otorga habilidades sobrehumanas para actuar como un justiciero letal. El periodista intenta reavivar su carrera entrevistando al asesino serial Cletus Kasady, quien también se convierte en el anfitrión del simbionte Carnage y que escapa de la prisión después de una ejecución fallida.
En la saga de “Venom” el conflicto dominante no tiene tanto que ver con salvar al mundo, como en otras películas de superhéroes. Aquí el tema pasa por una pareja muy rara unida en un solo cuerpo. “Lo emocionante es poder ahondar en la psique humana y la paradoja de la condición humana e interpretarlas en un thriller de acción y farsa”, dijo Hardy a la agencia Assoaciated Press. “Las máscaras de Eddie Brock y Venom son desbordadas, pero en última instancia son las dos caras de la misma moneda”, aseguró.
Para los estándares de los filmes de superhéroes, el primer “Venom” fue un poco arriesgado. Venom es un personaje de Marvel relativamente marginal. Según Andy Serkis, el director de esta secuela, “Venom es un personaje que nada en el extremo más oscuro de la piscina de Marvel”. Sin embargo, a pesar de que las críticas no fueron muy buenas, la película de 2018 fue un éxito de taquilla, con una recaudación de 856 millones de dólares en todo el mundo.
“Cuando salió, a los críticos no les gustó, lo cual es bastante justo, pero al público sí le gustó. Funcionó bastante bien, lo suficiente como para que Sony hiciera otra”, dijo Hardy. “Tuvimos que hacer un informe, prepararnos y decir: ¿Qué funcionó aquí? ¿Qué no funcionó? ¿Qué podemos hacer mejor?”, agregó.
Para la secuela, Hardy asumió un control más firme. En el primer “Venom”, el actor dijo que unos 30 minutos de escenas quedaron en la sala de montaje. Esta vez recurrió a Serkis, el actor y director conocido por su extenso trabajo en la interpretación con captura de movimiento, para que continuara la labor del director de la original, Ruben Fleischer. Hardy también participó en la configuración de la secuela: a él y a Kelly Marcel (coguionista de “Venom”) se les atribuye la historia de la película. Hardy es además productor, una novedad para él en un largometraje. “Poner tu sombrero en el ring es un paso lógico. Kelly y yo le preguntamos a Sony si nos darían la oportunidad de presentar una propuesta para la segunda película. Y ellos dijeron «sí, por supuesto»”, relató.
“Venom 2: Carnage liberado” da un giro gótico y lo lleva a Brock a la órbita de un asesino serial, Cletus Kasady (interpretado por el gran Woody Harrelson). Kasady atrae a su propio simbionte, Carnage, lo que le permite escapar de prisión. La secuela también trata sobre Brock y Venom atravesando lo que Serkis llama “la comezón del séptimo año” en su relación, ya que ambos anhelan la independencia. En una escena desopilante, Venom le prepara el desayuno a Hardy para animarlo.
En el set, Tom Hardy se retiraba a una esquina para grabar sus diálogos de Venom, que se ajustaban con un modulador de tono. Luego, mientras interpretaba a Brock, los diálogos de Venom se reproducían a través de un auricular. Serkis dice que el sistema de Hardy resultaba “hipnótico” de mirar. Para el actor, actuar contra sí mismo se ha vuelto un proceso familiar. “Me he acostumbrado a verme como un trozo de carne y a observarme desde afuera como, ¿qué quiero hacer con mi vehículo? Puede parecer esquizofrénico y aprecio parecer enojado cuando lo estoy haciendo. Ojalá también lo vean en la pantalla: la naturaleza frenética y maníaca de alguien lidiando con dos personalidades”, señaló.
Para Serkis, quien dirigió “Mowgli: Relatos del libro de la selva”, de 2018, y prepara una adaptación de “Rebelion en la granja” de George Orwell para Netflix, este es otro giro en una carrera que cambia constantemente. El actor y realizador —que revolucionó el uso de la captura de movimiento en personajes como Gollum de “El señor de los anillos”— se ha sentido cada vez más atraído por el nexo entre el cine y la tecnología. “Lo que realmente me interesa es el futuro de la narración y cómo va a cambiar en los próximos 10, 20, 30 años. Por el momento estamos en un cruce. Tuvimos una pandemia que obligó a la gente a ver cosas en una pantalla muy pequeña. Pero estamos bastante seguros de que volveremos a lo que estaba comenzando a florecer antes de la pandemia”, afirmó.